martes, 24 de febrero de 2015

La llegada de los Celtas

Llegaron a la Península antes que los griegos y, en contacto con los íberos, desarrollaron una original fusión cultural. Belicosos y exquisitos artesanos, los celtas renacen hoy de sus cenizas gracias a una ambiciosa exposición en la ciudad de Ávila, que fuera uno de sus míticos reinos antes de la invasión romana.
Los celtas suscitan cada vez mayor interés, en especial los que habitaron el territorio de la Península en la Antigüedad. Procedentes de las estepas asiáticas, pusieron hace 5.000 años uno de los puntales de la identidad peninsular con que se encontraron griegos y romanos a su llegada a Iberia. Pero es el misterio de su origen y su marcada personalidad, reflejada en tradiciones de folclore y en leyendas medievales, lo que suscita mayor atracción.
Celtiberia, una cultura autóctona
Alejada de las corrientes continentales por su situación periférica y sometida a la influencia ibera, la cultura celta desarrolló formas autóctonas en la Península, con un arte que es consecuencia de la fusión de las tradiciones ibérica, helenística, romana y de La Téne.

El país de los verracos
Bautizado por los clásicos como Vettonia, el territorio que hoy ocupan Ávila, Salamanca y parte de Zamora, Cáceres y Toledo estaba ocupado por un pueblo ganadero, que dejó cientos de esculturas de cerdos y toros.

Resistencia a Roma
Dos siglos tardó Roma en dominar militar y culturalmente a los pueblos celtas de la Península, más resistentes a la asimilación que el mundo íbero.

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