domingo, 13 de agosto de 2017

Vascones - Navarra

Pueblo cuyo territorio se extendía hacia el siglo I entre el curso alto del río Ebro y la vertiente peninsular de los Pirineos occidentales, una región que se corresponde en la época contemporánea con toda Navarra, áreas del oeste de la provincia de Zaragoza, y noreste y centro de La Rioja.
Con anterioridad a la llegada de los romanos, y al igual que otros pueblos del más extenso ámbito de Vasconia, el pueblo de los vascones hablaba una lengua que lingüistas consideran como antecesora del euskera moderno, referida a veces en la bibliografía como euskera arcaico, histórico o aquitano.
Algunos investigadores consideran que el territorio vascón se encontraba inscrito, a la llegada de los romanos y durante los primeros tiempos tras la introducción de la escritura, en un contexto de mayor complejidad lingüística donde se entremezclan los datos lingüísticos vascones con los de las lenguas célticas, de influencia en las áreas occidentales como la Tierra de Estella, y la ibera presente en las áreas meridionales y centrales de Navarra.
«SI el nombre de vasco está relacionado con el de los Vascones, no hay que considerar el sentido moderno que se aplica a la lengua con el antiguo, lo que significaba una unidad política. Las monedas navarras con le leyenda BAR(S)CUNES pueden explicarse por una raíz indoeuropea, y su desinencia de nominativo plural es igual al de las monedas celtíberas.
Tampoco los nombres de otros pueblos antiguos vecino tienen apariencia vasca y, sin embargo, ocupan el territorio actualmente vasco de lengua. Cabe formular la hipótesis de que la lengua vasca se extendía más allá de los límites de los vascones, y por otro lado no necesitamos admitir que en todo el territorio de esta tribu, de nombre no vasco, se hablara la lengua vasca.»
Estrabón dice que los pueblos «que ocupan el lado septentrional de Iberia: galaicos, astures y cántabros, hasta los vascones y el Pirineo» llevan una «vida de montañeses, pues el modo de vivir de todos es semejante: son sobrios, los hombres llevan larga cabellera que se recogen con una banda para combatir; comen carne de macho cabrío; sacrifican al dios de la guerra machos cabríos y prisioneros y caballos; la educación guerrera estriba en luchar desnudos y armados, en pugilatos, carreras, ejercicios de tiro y combate en batallones; se sirven de pan de bellotas secas molidas, de cerveza en vez de vino, de mantequilla en vez de aceite; comen sentados por orden jerárquico y van pasando los alimentos por orden; danzan al son de la flauta y trompeta, con saltos y cayendo sentados sobre los talones; no conocen la moneda, sino que se sirven de trueque o pagan con trozos de plata; entre los castigos figura el despeñamiento de criminales, la lapidación de los parricidas; el matrimonio es al modo griego (monogamia)».
«Los indoeuropeos traen nuevas armas, un modo de vida en el que la ganadería tiene mucha importancia, una organización social guerrera y aristocrática, disponen del caballo y del carro, y no se puede dudar que en todas partes imponen su autoridad. Si nos fijamos en tribus pirenaicas como índigetes, Ausetani, Cecetani, Andosini, Airenosii, salta a la vista que son pueblos pequeños, de poco desarrollada organización.
¿No podría ser la gran tribu de los vascones una organización política promovida por aquellos invasores? Tal entidad política podría haber comprendido en sus límites varias lenguas: p. ej. indoeuropeo en restos importantes, como el mismo nombre de los vascones, y el del Dios Peremusta en Eslava, una divinidad Indoeuropea antiquísima. En cuanto a la onomástica personal, sorprende que las inscripciones navarras y de Álava y aun que Vizcaya presenten casi exclusivamente los mismos nombres que las de otras regiones de la Hlspania indoeuropeizada.
Esta presencia de elementos indoeuropeos en inscripciones que corresponden a las gentes más romanizadas y ricas en las llanuras de Álava y Navarra no quiere decir sino que las invasiones indoeuropeas habían dejado grupos, bien donde el suelo les ofrecía condiciones favorables de subsistencia, bien en castillos que favorecían el dominio del país».

(A. Tovar)

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